martes, 27 de mayo de 2008

EDUCACIÓN Y TRABAJO: DIGNAS ASPIRACIONES

Cada año, se llevan a cabo las celebraciones por motivo del Día del Niño. Y si afán de echarles a perder la fiesta, es importante reflexionar sobre la niñez, que en nuestro país, no tiene motivos para celebrar. Existe una población infantil, que cada día crece y que se encuentra en los peores estados de indefensión. Son víctimas de abusos y forzados a trabajar desde muy temprana edad. No podemos cerrar los ojos y hacer como que no pasa nada con los niños de este país. Los vemos en la calle, trabajando en los supermercados, en las tiendas o en los talleres, por un salario muy por debajo del mínimo establecido para los trabajadores mexicanos. Hay una gran injusticia social. Los menores que no tienen la oportunidad de estudiar o de aspirar a condiciones de vida dignas, pareciera que no existen en México. En el discurso oficial se habla de ellos, pero en la realidad se hace muy poco por ellos o por sus familias. Miles de familias se desintegran cada día. Las causas son muy diversas, pero el problema lo tienen que llevar a cuestas los niños. Pequeños que ven coartados sus sueños; su estabilidad emocional. Para celebrar con alegría y decoro a los niños, deberíamos hacerlos felices no sólo un día, sino todos los días de su corta etapa de vida. Uno de las razones por las que muchas familias se separan tiene que ver con motivos económicos. La falta de oportunidades ha obligado a padres de familia a emigrar a las grandes ciudades o a Estados Unidos. La falta de recursos genera crisis en las familias. Crisis que en la mayoría de las veces se mitigan con adicciones o simplemente con violencia. Es la madre la que tiene que hacer frente a todas esas crisis. Es ella la que padece, la que lucha desde su modesta trinchera. Son las verdaderas impulsoras del progreso. Son aquellas que tienen que compartir su tiempo en las labores domésticas y en muchos de los casos, en las fábricas, en las tiendas, en las calles. Son las madres mexicanas, verdaderas heroínas, las que trabajan de sol a sol, las que menos justicia laboral reciben. Al celebrar un Día del Trabajo más, salen a relucir todas las carencias en injusticias que padece el sector obrero en nuestro país. Aún persisten prácticas tan abrumadoras como la explotación y el abuso. Hay ofertas de trabajo en comercios y empresas pequeñas, que prácticamente “obligan” a aceptar a los necesitados, condiciones y salarios muy por debajo de lo que legalmente les corresponde. Por “necesidad” aceptan jornadas de trabajo de hasta doce horas, sin tener siquiera un día de descanso. ¿Es por necesidad o por ignorancia que los trabajadores aceptan estas condiciones? Seguramente es por ambas. Una situación lleva a la otra. La pobreza genera la falta de oportunidades y éstas la carencia de preparación. Una de las principales carencias que padecemos los mexicanos, se ve reflejada en la educación. Son los maestros los responsables de que nuestros niños reciban una educación digna y de calidad. En muchos sectores de la sociedad, la modernidad se hace necesaria, incluso obligada. ¿Qué ha pasado en el Sector Educativo? Se ha postergado la Reforma Educativa en México y ya es insostenible que el gremio magisterial se encuentre (en su mayoría) controlado por un líder sindical que ni los ayuda a avanzar en dicha modernidad ni les permite hacerlo como gremio. Los maestros y su sindicato (SNTE) no se han modernizado. La capacitación y mejores condiciones laborales, sólo se utilizan en el discurso político, en los hechos, es pura “lengua muerta”. Necesitamos más y mejores mentores. Maestros que estén acordes a los tiempos que la Nación requiere. Que los mexicanos requieren. Se debe apoyar a este gremio para que pueda alcanzar sus legítimas aspiraciones como profesionistas y como seres humanos. Ya basta de que sólo sean un botín político en tiempo de elecciones.

¿INTOLERANCIA O INDIFERENCIA?


Las agresiones sufridas por parte de un sector de la población hacia un grupo de jóvenes denominados “EMOS”, ha trascendido en los medios de comunicación nacionales y locales. Ante la negativa de autoridades y asociaciones civiles, de darle importancia a los hechos, muchos padres de familia han puesto especial atención a los acontecimientos. Pero vayamos por partes. ¿Qué significa la palabra EMO y quiénes son?
El término EMO, es un apócofe del término en inglés Emotional. En la década de los ochentas, surgen algunos movimientos musicales como el punk y el hardcore, orígenes más cercanos a lo que posteriormente se le llamo EMO. Los jóvenes copiaron toda la estética de los punkarras, pero a las letras de las canciones les agregaron mensajes sentimentales, tendencias suicidas y de tristeza, es decir, elementos emocionales, de ahí el término “emo”. A México, sólo llega la forma de vestir; “…visten de negro, con pantalones “pitillo”, ajustados de la rodilla hacia abajo y caídos de la cintura, usan camisetas talla de niño y tenis de bota sucios...” Sin embargo, hay una tendencia hacia la música pop emotiva. Son consumistas de la música para jóvenes. Es simplemente una moda que han adoptado estos jóvenes. Pero habría que destacar que en su momento, las modas copiadas, ya sea en la vestimenta o en el consumo de música, que en muchos casos ni siquiera se entiende la letra por la barrera del lenguaje, se han convertido en toda una forma de vida.
Lo relevante en este caso, no tiene que ver con lo que manifiestan los jóvenes EMOS. Va más allá de una simple apreciación estética o la manifestación de un fenómeno cultural. Estos jóvenes que llegan incluso a mutilarse o a marcarse el rostro o los brazos, manifiestan una falta de atención por parte de los responsables de su educación y desarrollo. No podemos omitir la responsabilidad que tienen los adultos cercanos a estas jovencitas y jovencitos. No hemos escuchado la posición de esos adultos. Podríamos pensar que no existe atención o que hay una grave indiferencia por parte de sus padres, pero habría que considerar que los padres de estos jóvenes en algún momento también fueron jóvenes y probablemente también formaron parte de alguna moda establecida en su tiempo. Lo que sí es evidente, es que ante la falta de una identidad o de la pertenencia de clase, estos jóvenes han tenido que copiar un estilo para ser aceptados, aunque sea, en este tipo de grupos. No es nada nuevo que en México y en el mundo, las nuevas generaciones carecen de valores y motivaciones (falta de educación de calidad y de empleos). Desde hace años hay una indiferencia por parte de la sociedad para con los jóvenes. Simplemente la clase política y las instituciones encargadas de promover la cultura de nuestro país se han visto rebasadas por la gran influencia mediática a la que se exponen, desde muy pequeños, los niños. La televisión, la radio, el cine, las revistas y ahora la internet, son medios que han influido, para bien o para mal, sobre los gustos y aspiraciones de miles de jóvenes, ante la complacencia o la ignorancia de sus padres. Las consecuencias que acarrea el nuevo orden mundial (globalización), han llevado a la sociedad a una gran indiferencia ante las manifestaciones de tipo cultural que se están dando en el mundo. Hay una incomprensión del por qué de estos brotes culturales que se cristaliza en una intolerancia. Lo delicado, en este caso, es que los mismos jóvenes son los que han manifestado esa intolerancia. Los mismos jóvenes que en algún momento fueron señalados, simplemente por querer ser “diferentes”. Este país, cada día se ve más dividido. Lo hemos visto en la clase política, en los representantes populares. Ahora lo vemos en los jóvenes; en los que algún día serán los responsables de dirigir y de producir en este país. No se trata de modas. Se trata de conductas y de principios que, a todas luces, nos están mandando un mensaje. No podemos seguir siendo indiferentes. Debemos poner especial atención a lo que nuestros hijos pretenden de la vida. Debemos estar más pendientes de sus gustos y de la cultura que consumen. Debemos exigir a los responsables de la educación que consideren los cambios culturales causados por los medios, en sus planes de estudios. No podemos ignorar los tiempos que estamos viviendo como sociedad y como individuos. La globalización no es una enfermedad que está deteriorando a las nuevas generaciones. Hay que aceptar este nuevo orden social y trabajar a favor de una identidad propia. El potencial mediático que existe hoy por hoy, nos da la oportunidad de conocer y entender otras culturas; otras formas de pensar y de ver la vida. Ya no es exclusivo de los que estudian, acceder a estas áreas del conocimiento social. Sólo basta encender un televisor o acceder a una computadora, para tener una visión del mundo al instante y en el momento en el que se están llevando a cabo los acontecimientos. Es responsabilidad de todos, que esos acontecimientos no nos afecten en lo social y en lo personal, como es el caso de copiar las modas. Existen tendencias mas no exigencias de cómo debe comportarse tal o cual sector de la sociedad. Los jóvenes tienen todo el derecho a vestir o a mostrarse como quieran, pero también tienen todo el derecho a que se les atienda y entienda en sus más mínimas necesidades de afecto y de aceptación.

martes, 6 de mayo de 2008

LA DEMOCRACIA SE GANA CON VOTOS…


Desilusión e impotencia, es lo que seguramente miles de mexicanos sienten ante la situación que está viviendo el Partido de la Revolución Democrática (PRD). La elección interna que se llevó a cabo el pasado mes de marzo, estuvo plagada de irregularidades. Irregularidades tanto o igual de graves como las que señalaron en los comicios del 2006. Una vez más, la incongruencia es una peculiaridad del que se dice “partido de la izquierda mexicana”. Hay que recordar que desde que el llamado “Peje” era presidente del PRD, este partido (salvo muy dignas excepciones) siempre se ha destacado por contradecirse y por su postura intransigente. Qué lejos han quedado los discursos a favor de los desprotegidos y de los que menos tienen. Muy lejos ha quedado la esperanza que miles de mexicanos depositaron en este partido político. La ambición de poder y la danza de los millones de pesos que significa tener el control de esta institución política han rebasado los nobles motivos que hubieran podido darle razón de ser al PRD. La lucha por la democracia se ha diluido y ahora no es más que una patética burla para quienes luchan verdaderamente en pro de la libertad y del bien social. Con los hechos, el partido del “Sol Azteca”, nos demuestra que nunca ha sido su intención asumir el compromiso social que millones de mexicanos depositaron al emitir su voto y darle esa posición privilegiada que detenta el día de hoy. Que no se les olvide que fue la sociedad mexicana la que les dio ese poder. Que no se les olvide que gracias al sufragio el PRD existe y detenta el poder político que tiene. Es verdaderamente una pena todo lo que ha sucedido en el PRD. Para los detractores de López Obrador, todo esto ha sido una oportunidad para restarle credibilidad y exhibir sus ambiciones. Para los perredistas representa una vergüenza y una decepción. Porque sin ir más lejos, el que se dice “presidente legítimo” es el que más incongruencias ha demostrado desde que llegó al poder al ocupar la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal. Desconoce al gobierno federal pero le exige; habla en pro de la democracia y es el principal responsable de la crisis que actualmente vive su partido; habla de unidad y es el primero que ha divido al PRD; se opone a una privatización de PEMEX cuando nadie ha hablado sobre esa posibilidad; se propone en contra de cualquier iniciativa para resolver la problemática que vive el sector energético y ni siquiera ha sido capaz de presentar una propuesta y sin embargo ya se le olvidó que él mismo lo propuso en su proyecto de gobierno. Si usted votó por el PRD, ¿se hubiera imaginado lo que iban a hacer con su voto? ¿Realmente esos políticos están trabajando por un México mejor? ¿De verdad están convencidos de qué son la mejor opción política para la Nación? ¿Estarán convencidos de que en las próximas elecciones los miles de mexicanos que votaron por su partido, volverán a hacerlo? ¿No se darán cuenta de que existimos millones de personas que esperamos una mejor administración pública, que a través de lo que tendrían que hacer en las Cámaras, sea eficiente y siente las bases para un México más democrático y justo? Pareciera que no. Sólo vemos a legisladores perredistas impugnando, descalificando, peleándose con unos y otros, y ahora, hasta con ellos mismos. No es posible que quienes pretenden gobernar al país hayan caído tan bajo. ¿Acaso no se dan cuenta que se han puesto en el crisol de la opinión pública y que a sus contrincantes políticos les han dado armas para usarlas contra ellos mismos? Sabemos que el próximo año es un año de elecciones y que las reglas del juego han cambiado. Ya no se pueden hacer precampañas. Y el tiempo que tienen para hacerlo se redujo considerablemente. Sólo contarán (y esto es parejo para todos los partidos políticos) con un mes para hacer la elección de sus candidatos y para llevar a cabo su campaña política. De tal manera que no será posible dar a conocer a sus candidatos y convencer a los electores de sus plataformas políticas. Por eso toda esta situación, aunada a la que han venido arrastrando, será vital para las aspiraciones de los políticos del muy quemado y patético PRD.

IMPOSTERGABLE UNA REFORMA ENERGÉTICA


Desde hace algunos años, el tema de los recursos no renovables en nuestro país ha estado en la agenda política de los gobiernos anteriores. Desde la década de los ochenta el tema ya se discutía y se hacía impostergable una solución a la problemática de la empresa más importante de la Nación. Las ventas de PEMEX representan casi la mitad de los ingresos que la Federación recibe y que sirven para administrar y darle cause a las necesidades de nuestro país. Sabemos que gracias a la venta de petróleo, nuestro país puede sufragar las inversiones que se hacen para construir escuelas, hospitales, carreteras; en fin, para generar la infraestructura que nuestro país necesita para su desarrollo y el buen funcionamiento de todas las actividades productivas de nuestro territorio. Bajo el pretexto de que los energéticos que se extraen del subsuelo, son propiedad de la Nación o mejor dicho, de todos los mexicanos, se han extrapolado posiciones que más que darle una solución a la problemática, la han empantanado o en el peor de los casos se utilizan para manipular y chantajear a los gobiernos que han intentado una Reforma Energética. Desgraciadamente el tema energético se ha convertido en el pretexto para apoyar protagonismos políticos. No hay coincidencia política y mucho menos voluntad para resolver lo que en pocos años será la peor pesadilla para todos los mexicanos. No es un secreto que las reservas petroleras se están agotando. Se ha sobreexplotado el recurso y no se han buscado alternativas que nos ayuden no sólo a aprovechar al máximo el petróleo, sino que no se han buscado alternativas para sustituir o complementar su uso. La situación es delicada y algunos la consideran “grave”. Y tiene sentido esta aseveración. No podemos pensar que el petróleo es para siempre. Se está acabando y es urgente darle una solución. Pero esto debió haberse hecho hace más de veinte años. Eso quiere decir, que tenemos un atraso de más de 40 años en la solución del problema. Y por supuesto, que de hacer algo en este año, los resultados se verán por muy pronto, dentro de diez o quince años. Y no podemos esperar a que esos resultados sean negativos, tenemos que apostar a que los resultados deben ser positivos. Por eso es lamentable que la clase política no se ponga de acuerdo en la solución de este grave problema. No es posible que el tema sólo sirva para amagar y contrapuntear al gobierno federal. Hasta el día de hoy, no existe una propuesta real ni del gobierno ni de la oposición que ayude, cuando menos, a dar el primer paso para la solución de la crisis energética que ya nos ha alcanzado. Los números son fríos pero ilustrativos. Las bajas de producción y los altos precios que se han desatado por esta crisis, son el mejor síntoma de la gravedad del asunto. Para la mayoría de los mexicanos, que no somos especialistas en el tema, nos resulta muy complicado entender, que somos uno de los principales países exportadores de crudo y que sin embargo importamos más de la mitad de la gasolina que consumimos (¿y a qué precios?). ¿Por qué? Porque no tenemos la tecnología necesaria para refinar los hidrocarburos. Y no hablemos del gas natural o del gas licuado o de otras tantas sustancias derivadas del petróleo que se utilizan para el funcionamiento de la industria y de toda la actividad que sugiere el uso de hidrocarburos. Somos demasiado dependientes del petróleo y sin embargo, no lo hemos sabido aprovechar. La Reforma Energética es impostergable. Necesitamos un plan de acción responsable y sustentable. Necesitamos que nuestra clase política madure y deje de lado sus intereses partidistas. Hay que ponerse a trabajar por y para México. Si pudiéramos comparar al país con una empresa, si el dueño (en este caso la población) contrata a un equipo de especialistas para que administre y haga producir la empresa, lo que menos podría esperar, son resultados negativos. Y si así fuera, el dueño tendría toda la libertad y poder, para retirar de sus puestos a aquellas personas que no pudieron con la encomienda. Si el dueño ve que a las profesionistas que contrató se la pasan peleando y que no se pueden poner de acuerdo para sacara adelante a la empresa ¿Qué es lo más sensato y lógico que haría? ¡Por supuesto correrlos! Lo que México necesita son empleados (gobernantes y políticos) leales y capaces. Empleados que desquiten el sueldo en pro de hacer crecer a la empresa, no de llevarla a la quiebra. Y habrá quien diga que es una falacia comparar a un país o una nación con una empresa, quizás tengan razón. Es cierto hay muchas cosas que no se pueden comparar, pero, en esencia, así es como se debe ver una actividad emprendedora y administrativa. Y si no pueden, ¿pues para que se contratan? La Reforma Energética no es un tema político. Es una urgente necesidad que tenemos todos los mexicanos. Esperemos que haya acuerdos y que todos sean en beneficio de la Nación. Países como Cuba (socialista) o Brasil, en su momento, abordaron con responsabilidad el problema y en la actualidad han avanzado satisfactoriamente en el tema de los hidrocarburos. Sólo hay que recordar que el petróleo no es el único renglón en materia energética, también está la energía eléctrica. Pero es en este renglón donde su sustenta una buena parte de la economía del país. Ojalá que los que se oponen a la Reforma Energética, tengan la solución que ayude, a la empresa más importante de los mexicanos, a resolver los problemas, que en menos de veinte años, seguramente serán catastróficos.

CONSECUENCIAS DEL USO INMODERADO DE RECURSOS


Hace algunos días, leí un artículo del colega Carlos M. Uribe Arroyo y coincidí con él en lo grave que se ha tornado el tema del cambio climático y su impacto en los seres humanos. No es novedad que hemos padecido durante las últimas décadas de altos índices de contaminación que directamente afectan la salud de miles, o mejor dicho, de millones de personas. Ya no es exclusiva –la contaminación- de las grandes ciudades. Por desgracia, hemos sido testigos, de cómo en lugares apartados; rurales, los habitantes queman indiscriminadamente la basura. Botes desechables, de los llamados “PET”, bolsas de plástico y otros desechos altamente contaminantes. Podemos ver, en caminos vecinales, la acumulación de basura, de animales muertos, etc. Aún existen ladrilleras que para la fabricación de sus productos, queman hasta llantas. La contaminación es producto de todos y cada uno de nosotros que desechamos la basura, las aguas residuales de nuestros hogares o de las grandes empresas. Podríamos decir, que, más que nada, el problema radica en una mala educación sobre la eliminación de desechos. Sin embargo, el desmedido uso de productos derivados del petróleo, ha convertido a la humanidad, no sólo en dependiente sino en víctima de dichos productos. No hemos sido capaces de explotar inteligentemente los recursos naturales y todavía existen muchos que no han dimensionado el grave problema que esto significa. No sólo se trata de la contaminación, también hay que agregar la tala inmoderada que han sufrido los bosques, el uso y abuso de los recursos pluviales, para abastecer a las grandes ciudades. La falta de recuperación de las aguas residuales, para el reciclaje de las mismas. Los efectos los estamos viviendo cada día. El cambio climático ha repercutido en nuestro campo mexicano, ya no existen las tierras de temporal. No existe en México una infraestructura que permita hacer frente a este fenómeno. Por lo mismo muchos campesinos han tenido que emigrar a las grandes ciudades o simplemente al extranjero. Cada día vemos a más niños enfermos, mal alimentados, con bajos rendimientos escolares. Estamos llegando a un punto de difícil retorno. El agua cada día se agota, la producción de alimentos se encarece y los recursos energéticos se vuelven inaccesibles. En la mencionada publicación de Carlos Uribe, hace mención de un artículo del Doctor Ben Wisner (investigador asociado del Programa de Estudios Ambientales de la Universidad de las Naciones Unidas, entre otros títulos), que más que parecer pesimista o aterrador, es realista y enfocado a una grave situación. El problema del abasto de agua y de alimentos, será seguramente el detonante de mucha inestabilidad en el mundo. La advertencia ya está hecha. Y es responsabilidad de gobiernos y sociedad civil, encontrar una solución a tan grave problema. Existen alternativas que hoy en día podrían ayudar, cuando menos a mitigar, los efectos que ha provocado la contaminación y por supuesto, el calentamiento global del planeta. Acciones como la reforestación, el reciclaje de aguas tratadas, el uso de biocombustibles, el aprovechamiento de fuentes de energía alternativa, como la eólica (uso del viento), la hidráulica o la fotovoltaica, por sólo citar ejemplos. Todo esto aunado a una educación responsable sobre el tema. Aunado a un verdadero compromiso de los gobernantes para mitigar los efectos de la contaminación. A una conciencia de todos los habitantes de este planeta para cambiar nuestros hábitos y hacernos responsables por lo que utilizamos o desperdiciamos. Las acciones ya no se pueden postergar.