sábado, 26 de julio de 2008

NO ESTAMOS PREPARADOS ANTE LA ESCASEZ DE ALIMENTOS


El pasado mes de mayo, el gobierno federal anunció un programa que ayudaría a hacerle frente a la inminente crisis alimentaria en nuestro país y en todo el mundo. Hasta hace 25 años México tenía una autosuficiencia alimentaria en lo que a granos básicos se refiere. Las políticas en materia de producción y consumo de productos agropecuarios, implementadas por los gobiernos neoliberales de las últimas décadas, hoy demuestran su ineficacia y la falta de visión por parte de los responsables de dichas políticas. Las razones son muchas. Pero se pueden detectar básicamente dos muy importantes por los programas de “reforma estructural” que se han implementado desde el sexenio de De la Madrid hasta nuestros días. En primer lugar, la drástica reducción de la participación del Estado en la promoción del desarrollo económico del sector. Es decir, se redujo la inversión y el gasto agropecuarios y se eliminó el sistema de precios de garantía. Por otro lado, la apertura comercial unilateral y abrupta, realizada durante los años 80 y contemplada en el TLCAN.
Si bien, existen factores coyunturales que se asocian a la producción mundial de biocombustibles, como la principal razón del desabasto y el incremento de los precios en los alimentos, no se puede soslayar que las malas cosechas de los últimos años, quizás por los cambios climáticos, el incremento de la población mundial, la integración a los mercados de consumo de naciones como China y la India, la especulación de los mercados financieros que comercian con la producción de granos, son factores que han incidido en la crisis mundial alimentaria, en México se descuidó de manera irresponsable el impulso a la producción agropecuaria.
Los especialistas –incluso las mismas autoridades- contempla el panorama difícil de superar en cuando menos 15 años. Considerando que a la brevedad, se tomen las medidas adecuadas y se dejen de lado intereses económicos. Según datos del INEGI, Conapo y Sedesol, uno de cada tres habitantes de las zonas conurbadas a las principales ciudades de la República Mexicana, padecen de pobreza alimentaria y poco más de la mitad vive en pobreza patrimonial. Esto es, que aproximadamente 5 millones de personas que habitan en esas ciudades no percibe lo suficiente como para solventar su alimentación diaria; que poco más de 10 millones no tienen la capacidad de cubrir sus necesidades de educación y salud, y que poco más de 20 millones de individuos no satisfacen sus necesidades de vivienda, transporte y vestido. Y la situación se agudiza aún más en las comunidades rurales, donde los índices de pobreza son alarmantes.
Ante esta situación esperamos que las acciones que anunciara, el pasado 26 de mayo, el gobierno del presidente Calderón, cubran las expectativas que se esperan para hacer frente a la inminente crisis alimentaria mundial. Del mensaje emitido por el presidente a la ciudadanía, dos puntos son vitales para desarrollar la producción agrícola en el país y así poder enfrentar la crisis en un mediano y largo plazo: a) la eliminación de aranceles a los componentes para la producción de fertilizantes y la aplicación de créditos para la adquisición de los mismos y b) la implementación de acciones concretas para la tecnificación de los sistemas de riego. Sin embargo, poco se podrá hacer, si no existe un acercamiento con los productores para hacer efectivas las estrategias que nos ayuden a dar una solución real a la problemática que ha venido enfrentando el campo mexicano.

REFORMA EDUCATIVA: ¿HASTA CUÁNDO?

De nueva cuenta, se ha mencionado, en las instancias del alto mando en la Secretaría de Educación Pública, la urgente Reforma que necesita todo el sistema Educativo del País. Se ha puesto el dedo en la línea de la capacidad y profesionalismo por parte de los mentores. Ahora el tema es una Alianza por la Calidad de la Educación. Se habla de exámenes de oposición para acceder a las plazas. Se ha mencionado un mecanismo de incentivos económicos, con el fin de que los profesores se preparen y adquieran un compromiso más alto. Se han revisado las instalaciones de todos los inmuebles a lo largo y ancho del país. Se han detectado fallas y desperfectos que deberán corregirse. Se han revisado el estado de los equipos electrónicos que se dispusieron en la administración pasada (equipo de cómputo y enciclomedia). Al parecer, los responsables de llevar a cabo la Reforma Educativa, aún no han considerado al ingrediente principal para dicha Reforma: los maestros. Y no queremos pensar en que ya se consulto a este gremio, ya que la única forma de hacerlo es vía su “honorable” representante Elba Esther Gordillo y quien no es precisamente la portadora del sentir de los miles de maestros en nuestro país. Mucho se habla de la Reforma Educativa, pero no se abren las puertas para que la sociedad en general, participe proponiendo los cambios que pudieran llevarnos a mejorar el sistema educativo de México. Como siempre, sólo se habla de datos y estadísticas. De los resultados de exámenes, de la posición en el ‘ranking’ mundial. Pero por qué no se habla de las verdaderas carencias que existen en los poblados, en las rancherías; de la falta de capacitación y actualización por parte de los maestros. ¿De qué sirven los millones de pesos que se invirtieron en los equipos de cómputo y enciclomedia, si los maestros, en su mayoría no saben utilizarlos o sacarles el provecho para el que fueron diseñados? No se habla del hambre que padece el 40% de nuestros compatriotas. De los miles que cada año sólo esperan salir de la secundaria para emigrar a los Estados Unidos. No hablan de la Violencia intrafamiliar, del alcoholismo o la drogadicción que afecta directamente a los hogares mexicanos y más precisamente, a los jóvenes estudiantes de secundaria y nivel bachillerato. Nadie habla de las alternativas que existen en materia de educación y de accesos a nuevos métodos de aprendizaje. Seguimos con los métodos tradicionales. Existe mala preparación por parte de los maestros. Su bajo nivel académico e intelectual, se refleja en el bajo aprovechamiento que tienen los educandos. Y por supuesto que existen otros factores que intervienen en la baja de aprovechamiento, pero esos factores se pueden superar si existe la motivación y el compromiso, si existiera la verdadera vocación. Los maestros son parte de esta nación y también son parte de los afectados de la situación que prevalece en nuestro país. Sin embargo no debemos soslayar que la carrera normalista está sustentada por una licenciatura y por un examen profesional. Hablamos de personas que son profesionistas y que de una u otra manera, han cumplido con los requisitos que marca la ley educativa para poder llevar a cabo el trabajo de enseñanza. Por supuesto que no todos los maestros se encuentran en esta situación, pero para desgracia de la Nación, son la mayoría. Es lamentable ver los acontecimientos en Oaxaca por ejemplo, en la que los maestros son los principales protagonistas de ese movimiento. No cuestionamos si sus reivindicaciones son válidas o no. Nos referimos a la irresponsabilidad y la indiferencia que han mostrado para con sus alumnos. Es inevitable pensar, en la calidad de educación que están impartiendo. No podemos evitar lo que los alumnos de estos maestros deben sentir en estos momentos por ellos. Los miles de padres de familia que con sacrificios mandan a sus hijos a la escuela, seguramente verán con desesperación e impotencia, que el año escolar termina y que sus hijos no tuvieron el aprovechamiento y la práctica educativa que se esperaba en el año. Y Oaxaca no es exclusiva de estos movimientos. Hay otras acciones que hablan mal de la actividad docente en todo el territorio mexicano. Existe mucho ausentismo; hay suspensión de clases sin justificación aparente; hay retraso en los planes de estudio; los maestros se involucran más en otros menesteres que en sus actividades docentes. En fin existen muchas razones o formas en las que los maestros nos demuestran su falta de compromiso. El problema es más serio de lo que parece. Y los pocos maestros responsables que existen no alzan la voz, por miedo a represalias. No existe libertad de expresión en las escuelas. Maestros y padres de familia si no son amenazados, son manipulados para evitar que se den cuenta de la realidad. Para que las autoridades educativas, no muestren su ineficacia e incompetencia para dar soluciones coherentes y viables a la problemática educativa de nuestro país. Es todo un círculo vicioso el que se ha formado en torno al tema. Existe mucha ignorancia por parte de los apdres de familia a quienes habría de capacitar también (¿pero qué ha provocado esa ignorancia?). Existe mucha indiferencia por parte de los responsables de la educación (no hay compromiso). Existen turbios intereses y lucha de poder en las altas instancias de representación y dirección de la educación. Este país necesita más y mejores maestros. No necesitamos representantes que amasen fortunas a expensas de los humildes trabajadores de la educación. Queremos maestros bien alimentados, cultos y preocupados por la excelencia educativa. No es un sueño. A estas alturas, se ha vuelto imperiosa la necesidad de profesionalizar a la plantilla educativa. Son buenos los exámenes de competencia y de conocimientos. Pero sería mejor que los aspirantes a docentes, pasaran un examen único: el de vocación y compromiso.