jueves, 19 de febrero de 2009

BURLA MEDIÁTICA


Uno de los argumentos que le dan razón de ser a los medios electrónicos en nuestro país: diversión, desahogo, distracción o cómo usted le quiera llamar, se ha visto clara y descaradamente agredida.
Contempladas en el Artículo 5º de la Ley Federal de Radio y Televisión, estos medios tienen funciones que cumplir ya que deben contribuir “…al fortalecimiento de la integración nacional y el mejoramiento de las formas de convivencia humana. Al efecto, a través de sus transmisiones, procurarán:
I.- Afirmar el respeto a los principios de la moral social, la dignidad humana y los vínculos familiares;
II.- Evitar influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armónico de la niñez y la juventud;
III.- Contribuir a elevar el nivel cultural del pueblo y a conservar las características nacionales, las costumbres del país y sus tradiciones, la propiedad del idioma y a exaltar los valores de la nacionalidad mexicana.
IV.- Fortalecer las convicciones democráticas, la unidad nacional y la amistad y cooperación internacionales…”
Con base a lo anterior, es evidente que lo que por ley se señala, en la práctica deja mucho que desear. Sin embargo, en un país en el que las crisis recurrentes ya son el pan de cada día, en el que la inseguridad, el desempleo, y otras tantas desgracias más, forman parte de una realidad a la que millones de mexicanos quisiéramos escapar, la televisión y la radio resulta una modesta distracción. No obstante el formato impuesto por las televisoras en los últimos meses, de transmitir excesivos bloques comerciales, la población se ha acostumbrado (al no tener otras opciones) a la programación de la televisión abierta. En tiempos electorales, los medios se veían atiborrados de propaganda política y por mucho, nunca fueron de la aceptación del público consumidor. Bajo el argumento de que el acceso a los medios masivos de comunicación, por parte de los partidos políticos, no era equitativa y prácticamente exclusiva para los que más dinero invertían, se reformó la Ley Electoral y se estipuló una equilibrada y justa participación en la exhibición de “spots” proselitistas para todos los partidos políticos. El encargado de repartir y vigilar la transmisión de dichos mensajes es el IFE (Instituto Federal Electoral) así como de sancionar y controlar a todos los actores políticos. En fin, de las muchas responsabilidades y atribuciones que se le encomendaron al mencionado Instituto político, la de monitorear y sancionar el cumplimiento de las nuevas reglas del juego, dicho sea de paso, propuestas por nuestros H. representantes, en las Cámaras de Diputados y de Senadores, resulta sino imposible, sí difícil y verdaderamente oneroso. La cantidad de dinero que se ha destinado para la vigilancia, operatividad y prerrogativas (12 mil 180 millones de pesos. De los cuales, 3 mil 730 millones se destinarán al financiamiento de los partidos políticos y el resto, 8 mil 450 millones de pesos, serán para la operación del IFE), es francamente insultante para una nación con casi la mitad de sus habitantes en la pobreza. ¡Es muy cara la democracia en México! Pero eso no es lo peor. Porque una vez que se han repartido las curules, los representantes lo que menos hacen, es legislar a favor de los que menos tienen. Se enfrascan (cuando menos eso es lo que han hecho en los últimos ocho años) en discusiones casi viscerales. Se descalifican unos a otros y no proponen soluciones a la gran problemática nacional. Pero ya nos desviamos un poco del tema central. La diversión “accesible”, la que tenemos oportunidad de consumir la mayoría de los mexicanos, se ha visto infestada de bloques con menciones aburridas, repetitivas, sin sentido y nada propositivas. Estamos hablando de mensajes carentes de contenido y sin atractivo para la ciudadanía. Mensajes que evidencian la falta de conocimiento por parte de los partidos políticos de lo que realmente siente y necesita el pueblo de México. No es posible que después de dos años de gobierno Calderonista, López Obrador insista en descalificar al presidente de la República “…estaríamos mejor con López Obrador…” reza un spot en el que el ‘peje’ apoya al Partido del Trabajo (PT) y a Convergencia. Pero eso sí, sigue siendo perredista. Hablamos de mensajes sin sentido como el del PRD en que utiliza la imagen de una niña a la que ni siquiera se le entiende lo que dice. Si les urge mostrar una imagen más propositiva y menos rijosa, ¿por qué no se deshacen de López Obrador? O qué decir de los anuncios del PRI que llevan hasta el hartazgo, la exaltación del PRI con ese juego de palabras. ¿Creen que los mexicanos no tenemos memoria o que somos estúpidos? Sólo hay que escuchar las declaraciones de sus dirigentes como la que hiciera la señora Beatriz Paredes durante una reunión de priistas, al hacer referencia de lo que han recibido en pago por su trabajo en pro de la nación, el pasado 31 de enero, al hacer alusión a Germán Martínez líder Nacional del PAN: “…¿qué hemos recibido? Discursos de un muchacho pendenciero que descalifica… Por cierto sin mucho conocimiento. Porque si valiera la pena sostener un debate con él, ¡Qué bueno! Pero bueno… ¡Hay Niveles! ¡Hay niveles en la vida!...” ¿Arrogancia o Prepotencia? ¿Exceso de seguridad o Petulancia? ¿Dónde está la propuesta y la humildad que debe caracterizar a un político que se dice estar cerca de la gente? Lo que se ha ocasionado en la gente es el aborrecimiento a los políticos y a sus partidos. Lo que están logrando es que el electorado se aleje de las urnas el próximo mes de julio. Si lo que se busca es legitimar a los representantes de los diferentes partidos, ¿cómo va a ser legítimo y aceptado, si en lugar de promover la participación ciudadana, la están desanimando ante la ausencia de conciencia, respeto, pero sobre todo, de propuesta política? Pero también, hay que acotar, los concesionarios manifiestan su inconformidad con la nueva Ley y deliberadamente pautan los mencionados spots, de tal manera que a los ojos de los televidentes o radioescuchas, los “malos del salón” son las autoridades electorales. Y cómo no habrían de protestar, si el gran negocio que representa la venta de espacio publicitario, se vio mermado al tener el control de dichas pautas, el Instituto Federal Electoral. Algo se tendrá que hacer para darle solución a tan delicado asunto. Porque al final de cuentas, es dinero de los contribuyentes el que está en juego y sí los motivos que dieron origen a todos esos cambios, no surten su efecto, habremos retrocedido en nuestra incipiente y dolorosa democracia.

INICIA LA CONTIENDA


A partir del pasado 31 de enero, los partidos políticos iniciaron la precampaña con miras a la elección de 300 diputados federales de mayoría relativa y 200 de representación proporcional; seis gobernadores; 620 presidentes municipales; 280 diputados locales de mayoría y 189 plurinominales (de representación). Esto es, 1 mil 595 elecciones en total.
Hoy más que nunca, revisten de gran importancia los próximos comicios. Entre otras razones, porque se pondrá a prueba la nueva Ley Electoral, la nueva estructura del IFE, se consolidarán o no, las políticas gubernamentales con miras al 2012, la clase política probará si ha madurado para generar credibilidad y será vital para la superación de la agobiante crisis en la que se encuentra inmerso el país.
Por eso, el análisis, la información y la responsabilidad de elegir a los que mejor nos puedan representar, será única y exclusivamente de nosotros los ciudadanos. Hemos sido testigos del encono, de la descalificación, de la irreconciliable pugna por el poder por parte de los partidos políticos. Hemos sido testigos, desde hace más de ocho años de la alternancia en el pináculo del poder, cuando los panistas encabezados por Vicente Fox, sacaron de los pinos al PRI. Hemos sufrido por la incipiente democracia y pagado los altos costos por la inmadurez política. Los próximos comicios representan, cuando menos en el papel, un duro examen para la clase política, pero sobre todo, será una importante prueba para nosotros como sociedad. Desde este humilde espacio, hemos insistido en que la sociedad, es la responsable de encumbrar o de mantener a los gobernantes que elige. Cuando menos en una sociedad democrática en la que se respeta la voluntad ciudadana.
Los partidos políticos rompen la tregua y comenzó la estratagema política. Los dimes y diretes. ¿Pero cómo llegan estas instituciones para enfrentar la competencia?
Por principio de cuentas, el PAN encabezado por Germán Martínez se encuentra en el ojo del huracán ya que ha sido duramente criticado por sus detractores por “asumir prácticas” priistas como el famoso dedazo. Sin embargo hay que entender que dicha determinación se hizo con base al artículo 43 de los estatutos de este partido que hablan de los métodos extraordinarios de selección a candidatos de elección popular: elección abierta o designación directa. Las razones, si se pueden entender, versan sobre el blindaje que supuestamente quiere hacer el partido para evitar infiltraciones del narcotráfico y para evitar que con el apoyo de acarreados se logren postulaciones. Otros, se apoyan en la tesis de que los panistas no quieren correr riesgos y quieren a los mejores hombres y mujeres, para asegurar los escaños. Lo que sí es un hecho, es que para el PAN se vislumbra un panorama muy difícil, ya que, según las encuestas y las preferencias electorales, lo sitúan como segunda fuerza política, luego del PRI. Para el PAN es de vital importancia obtener una fuerza política en la Cámara de Diputados para poder apoyar al gobierno de Felipe Calderón. De ahí que el caso Nuevo León, sea el parte aguas de lo que, incluso dentro del PAN se ha mencionado, veremos en los próximos años en la forma de gobernar este país. Y lo que más llama la atención es la supuesta mancuerna que se estará gestando con Nueva Alianza. Para los analistas políticos, esta es una asociación que para nada beneficiará al PAN. Nadie quiere que se le asocie a la “lideresa de los maestros”. Esa alianza no garantiza que los maestros sean una gran fuerza y que no tengan conciencia y que sean obligados a votar por tal o cual partido. No se debe subestimar a la inteligencia de los maestros.
Por su parte, el PRI, aparentemente unido, viene muy confiado en convertirse en la primera fuerza política. En su discurso, hay que leer entre líneas, nos dicen: “…nosotros si sabemos cómo…” “…tenemos un partido renovado y consolidado…” “…hay que aplicar mano dura…” Se han establecido convenios; estira y afloja en la aprobación de iniciativas como la llamada Reforma Petrolera, que le han ayudado a escalar del tercer lugar como fuerza política, a un primer lugar, que seguramente se hará realidad después de julio del 2009. Vemos a un PRI, encabezado por Beatriz Paredes, que junto a Manlio Fabio Beltrones y a Emilio Gamboa que ha sabido orquestar, en el ámbito político, el uso y toda la fuerza del aparato gubernamental de los estados que gobierna, para presionar y obtener prebendas. Que no se nos olvide que el PRI gobierna en 18 de los 31 Estados del territorio mexicano, y que algunos gobiernos municipales de estos estados se encuentran en manos del PAN y PRD. Cabe mencionar que los municipios con mejores condiciones de bienestar (mayores niveles de educación, salud, ingreso, alimentación, etc.) están gobernados por el PRD o el PAN. El PRI ha venido recobrando alcaldías y, por lo que se espera, recobrará la mayoría en la Cámara de Diputados.
Por su parte, el PRD, llega muy desgastado por la lucha interna por la presidencia nacional de este partido. Llega muy debilitado y con una muy baja aceptación por parte de las preferencias, según las encuestas, por toda la actividad rijosa y antagónica que encabezara Andrés Manuel López Obrador desde julio del 2006. Aún quedan secuelas de los miles de empleos que se perdieron por la toma de Reforma y por su radical posición en contra de las reformas a PEMEX. Simplemente el PRD, viene a buscar su permanencia como tercera fuerza política y sin que, hasta este momento, se hayan sacudido definitivamente a López Obrador. Lo peor que tiene el PRD es precisamente López Obrador. Es lo que más daño les ha hecho. Y sólo baste ver al Señor Andrés Manuel, haciendo proselitismo a favor del PT y Convergencia. ¿Más divorcio anunciado que esto? No se puede. Recordemos que al Senador Monreal lo suspendieron del PRD por menos de eso. ¿Le tienen miedo al Peje? ¿Realmente es un activo de la izquierda mexicana que quiera o pueda capitalizar el PRD?
De los demás partidos, ¿Qué podemos decir? Sólo están buscando la renovación de su registro y por eso estarán buscando alianzas. Y pondrán, a disposición del mejor postor, su capital “electorero”. Hasta el día de hoy, ningún partido ha alzado la voz para proponer soluciones que ayuden a paliar la crisis económica mundial. Ningún partido ha utilizado como bandera política los grandes temas de la Agenda Nacional, como pobreza, salud, atraso educativo, empleo, cultura, medio ambiente, agua, seguridad, deporte, etc. para convencer a la gente de que son la mejor alternativa. Iniciaron, como ya es costumbre (y eso es lo peligroso) con descalificaciones y vituperios que rayan más en lo personal que en lo político. No hay respeto. Más bien nos demuestran un ignominioso desprecio hacia la sociedad que pretenden representar y gobernar. Por eso, no es de sorprender, que la sociedad desprecie a toda esa clase política y que para los próximos comicios, el ausentismo sea el gran ganador. De nosotros depende que eso no sea así. A partir del pasado 31 de enero, los partidos políticos iniciaron la precampaña con miras a la elección de 300 diputados federales de mayoría relativa y 200 de representación proporcional; seis gobernadores; 620 presidentes municipales; 280 diputados locales de mayoría y 189 plurinominales (de representación). Esto es, 1 mil 595 elecciones en total.
Hoy más que nunca, revisten de gran importancia los próximos comicios. Entre otras razones, porque se pondrá a prueba la nueva Ley Electoral, la nueva estructura del IFE, se consolidarán o no, las políticas gubernamentales con miras al 2012, la clase política probará si ha madurado para generar credibilidad y será vital para la superación de la agobiante crisis en la que se encuentra inmerso el país.
Por eso, el análisis, la información y la responsabilidad de elegir a los que mejor nos puedan representar, será única y exclusivamente de nosotros los ciudadanos. Hemos sido testigos del encono, de la descalificación, de la irreconciliable pugna por el poder por parte de los partidos políticos. Hemos sido testigos, desde hace más de ocho años de la alternancia en el pináculo del poder, cuando los panistas encabezados por Vicente Fox, sacaron de los pinos al PRI. Hemos sufrido por la incipiente democracia y pagado los altos costos por la inmadurez política. Los próximos comicios representan, cuando menos en el papel, un duro examen para la clase política, pero sobre todo, será una importante prueba para nosotros como sociedad. Desde este humilde espacio, hemos insistido en que la sociedad, es la responsable de encumbrar o de mantener a los gobernantes que elige. Cuando menos en una sociedad democrática en la que se respeta la voluntad ciudadana.
Los partidos políticos rompen la tregua y comenzó la estratagema política. Los dimes y diretes. ¿Pero cómo llegan estas instituciones para enfrentar la competencia?
Por principio de cuentas, el PAN encabezado por Germán Martínez se encuentra en el ojo del huracán ya que ha sido duramente criticado por sus detractores por “asumir prácticas” priistas como el famoso dedazo. Sin embargo hay que entender que dicha determinación se hizo con base al artículo 43 de los estatutos de este partido que hablan de los métodos extraordinarios de selección a candidatos de elección popular: elección abierta o designación directa. Las razones, si se pueden entender, versan sobre el blindaje que supuestamente quiere hacer el partido para evitar infiltraciones del narcotráfico y para evitar que con el apoyo de acarreados se logren postulaciones. Otros, se apoyan en la tesis de que los panistas no quieren correr riesgos y quieren a los mejores hombres y mujeres, para asegurar los escaños. Lo que sí es un hecho, es que para el PAN se vislumbra un panorama muy difícil, ya que, según las encuestas y las preferencias electorales, lo sitúan como segunda fuerza política, luego del PRI. Para el PAN es de vital importancia obtener una fuerza política en la Cámara de Diputados para poder apoyar al gobierno de Felipe Calderón. De ahí que el caso Nuevo León, sea el parte aguas de lo que, incluso dentro del PAN se ha mencionado, veremos en los próximos años en la forma de gobernar este país. Y lo que más llama la atención es la supuesta mancuerna que se estará gestando con Nueva Alianza. Para los analistas políticos, esta es una asociación que para nada beneficiará al PAN. Nadie quiere que se le asocie a la “lideresa de los maestros”. Esa alianza no garantiza que los maestros sean una gran fuerza y que no tengan conciencia y que sean obligados a votar por tal o cual partido. No se debe subestimar a la inteligencia de los maestros.
Por su parte, el PRI, aparentemente unido, viene muy confiado en convertirse en la primera fuerza política. En su discurso, hay que leer entre líneas, nos dicen: “…nosotros si sabemos cómo…” “…tenemos un partido renovado y consolidado…” “…hay que aplicar mano dura…” Se han establecido convenios; estira y afloja en la aprobación de iniciativas como la llamada Reforma Petrolera, que le han ayudado a escalar del tercer lugar como fuerza política, a un primer lugar, que seguramente se hará realidad después de julio del 2009. Vemos a un PRI, encabezado por Beatriz Paredes, que junto a Manlio Fabio Beltrones y a Emilio Gamboa que ha sabido orquestar, en el ámbito político, el uso y toda la fuerza del aparato gubernamental de los estados que gobierna, para presionar y obtener prebendas. Que no se nos olvide que el PRI gobierna en 18 de los 31 Estados del territorio mexicano, y que algunos gobiernos municipales de estos estados se encuentran en manos del PAN y PRD. Cabe mencionar que los municipios con mejores condiciones de bienestar (mayores niveles de educación, salud, ingreso, alimentación, etc.) están gobernados por el PRD o el PAN. El PRI ha venido recobrando alcaldías y, por lo que se espera, recobrará la mayoría en la Cámara de Diputados.
Por su parte, el PRD, llega muy desgastado por la lucha interna por la presidencia nacional de este partido. Llega muy debilitado y con una muy baja aceptación por parte de las preferencias, según las encuestas, por toda la actividad rijosa y antagónica que encabezara Andrés Manuel López Obrador desde julio del 2006. Aún quedan secuelas de los miles de empleos que se perdieron por la toma de Reforma y por su radical posición en contra de las reformas a PEMEX. Simplemente el PRD, viene a buscar su permanencia como tercera fuerza política y sin que, hasta este momento, se hayan sacudido definitivamente a López Obrador. Lo peor que tiene el PRD es precisamente López Obrador. Es lo que más daño les ha hecho. Y sólo baste ver al Señor Andrés Manuel, haciendo proselitismo a favor del PT y Convergencia. ¿Más divorcio anunciado que esto? No se puede. Recordemos que al Senador Monreal lo suspendieron del PRD por menos de eso. ¿Le tienen miedo al Peje? ¿Realmente es un activo de la izquierda mexicana que quiera o pueda capitalizar el PRD?
De los demás partidos, ¿Qué podemos decir? Sólo están buscando la renovación de su registro y por eso estarán buscando alianzas. Y pondrán, a disposición del mejor postor, su capital “electorero”. Hasta el día de hoy, ningún partido ha alzado la voz para proponer soluciones que ayuden a paliar la crisis económica mundial. Ningún partido ha utilizado como bandera política los grandes temas de la Agenda Nacional, como pobreza, salud, atraso educativo, empleo, cultura, medio ambiente, agua, seguridad, deporte, etc. para convencer a la gente de que son la mejor alternativa. Iniciaron, como ya es costumbre (y eso es lo peligroso) con descalificaciones y vituperios que rayan más en lo personal que en lo político. No hay respeto. Más bien nos demuestran un ignominioso desprecio hacia la sociedad que pretenden representar y gobernar. Por eso, no es de sorprender, que la sociedad desprecie a toda esa clase política y que para los próximos comicios, el ausentismo sea el gran ganador. De nosotros depende que eso no sea así.