jueves, 19 de febrero de 2009

INICIA LA CONTIENDA


A partir del pasado 31 de enero, los partidos políticos iniciaron la precampaña con miras a la elección de 300 diputados federales de mayoría relativa y 200 de representación proporcional; seis gobernadores; 620 presidentes municipales; 280 diputados locales de mayoría y 189 plurinominales (de representación). Esto es, 1 mil 595 elecciones en total.
Hoy más que nunca, revisten de gran importancia los próximos comicios. Entre otras razones, porque se pondrá a prueba la nueva Ley Electoral, la nueva estructura del IFE, se consolidarán o no, las políticas gubernamentales con miras al 2012, la clase política probará si ha madurado para generar credibilidad y será vital para la superación de la agobiante crisis en la que se encuentra inmerso el país.
Por eso, el análisis, la información y la responsabilidad de elegir a los que mejor nos puedan representar, será única y exclusivamente de nosotros los ciudadanos. Hemos sido testigos del encono, de la descalificación, de la irreconciliable pugna por el poder por parte de los partidos políticos. Hemos sido testigos, desde hace más de ocho años de la alternancia en el pináculo del poder, cuando los panistas encabezados por Vicente Fox, sacaron de los pinos al PRI. Hemos sufrido por la incipiente democracia y pagado los altos costos por la inmadurez política. Los próximos comicios representan, cuando menos en el papel, un duro examen para la clase política, pero sobre todo, será una importante prueba para nosotros como sociedad. Desde este humilde espacio, hemos insistido en que la sociedad, es la responsable de encumbrar o de mantener a los gobernantes que elige. Cuando menos en una sociedad democrática en la que se respeta la voluntad ciudadana.
Los partidos políticos rompen la tregua y comenzó la estratagema política. Los dimes y diretes. ¿Pero cómo llegan estas instituciones para enfrentar la competencia?
Por principio de cuentas, el PAN encabezado por Germán Martínez se encuentra en el ojo del huracán ya que ha sido duramente criticado por sus detractores por “asumir prácticas” priistas como el famoso dedazo. Sin embargo hay que entender que dicha determinación se hizo con base al artículo 43 de los estatutos de este partido que hablan de los métodos extraordinarios de selección a candidatos de elección popular: elección abierta o designación directa. Las razones, si se pueden entender, versan sobre el blindaje que supuestamente quiere hacer el partido para evitar infiltraciones del narcotráfico y para evitar que con el apoyo de acarreados se logren postulaciones. Otros, se apoyan en la tesis de que los panistas no quieren correr riesgos y quieren a los mejores hombres y mujeres, para asegurar los escaños. Lo que sí es un hecho, es que para el PAN se vislumbra un panorama muy difícil, ya que, según las encuestas y las preferencias electorales, lo sitúan como segunda fuerza política, luego del PRI. Para el PAN es de vital importancia obtener una fuerza política en la Cámara de Diputados para poder apoyar al gobierno de Felipe Calderón. De ahí que el caso Nuevo León, sea el parte aguas de lo que, incluso dentro del PAN se ha mencionado, veremos en los próximos años en la forma de gobernar este país. Y lo que más llama la atención es la supuesta mancuerna que se estará gestando con Nueva Alianza. Para los analistas políticos, esta es una asociación que para nada beneficiará al PAN. Nadie quiere que se le asocie a la “lideresa de los maestros”. Esa alianza no garantiza que los maestros sean una gran fuerza y que no tengan conciencia y que sean obligados a votar por tal o cual partido. No se debe subestimar a la inteligencia de los maestros.
Por su parte, el PRI, aparentemente unido, viene muy confiado en convertirse en la primera fuerza política. En su discurso, hay que leer entre líneas, nos dicen: “…nosotros si sabemos cómo…” “…tenemos un partido renovado y consolidado…” “…hay que aplicar mano dura…” Se han establecido convenios; estira y afloja en la aprobación de iniciativas como la llamada Reforma Petrolera, que le han ayudado a escalar del tercer lugar como fuerza política, a un primer lugar, que seguramente se hará realidad después de julio del 2009. Vemos a un PRI, encabezado por Beatriz Paredes, que junto a Manlio Fabio Beltrones y a Emilio Gamboa que ha sabido orquestar, en el ámbito político, el uso y toda la fuerza del aparato gubernamental de los estados que gobierna, para presionar y obtener prebendas. Que no se nos olvide que el PRI gobierna en 18 de los 31 Estados del territorio mexicano, y que algunos gobiernos municipales de estos estados se encuentran en manos del PAN y PRD. Cabe mencionar que los municipios con mejores condiciones de bienestar (mayores niveles de educación, salud, ingreso, alimentación, etc.) están gobernados por el PRD o el PAN. El PRI ha venido recobrando alcaldías y, por lo que se espera, recobrará la mayoría en la Cámara de Diputados.
Por su parte, el PRD, llega muy desgastado por la lucha interna por la presidencia nacional de este partido. Llega muy debilitado y con una muy baja aceptación por parte de las preferencias, según las encuestas, por toda la actividad rijosa y antagónica que encabezara Andrés Manuel López Obrador desde julio del 2006. Aún quedan secuelas de los miles de empleos que se perdieron por la toma de Reforma y por su radical posición en contra de las reformas a PEMEX. Simplemente el PRD, viene a buscar su permanencia como tercera fuerza política y sin que, hasta este momento, se hayan sacudido definitivamente a López Obrador. Lo peor que tiene el PRD es precisamente López Obrador. Es lo que más daño les ha hecho. Y sólo baste ver al Señor Andrés Manuel, haciendo proselitismo a favor del PT y Convergencia. ¿Más divorcio anunciado que esto? No se puede. Recordemos que al Senador Monreal lo suspendieron del PRD por menos de eso. ¿Le tienen miedo al Peje? ¿Realmente es un activo de la izquierda mexicana que quiera o pueda capitalizar el PRD?
De los demás partidos, ¿Qué podemos decir? Sólo están buscando la renovación de su registro y por eso estarán buscando alianzas. Y pondrán, a disposición del mejor postor, su capital “electorero”. Hasta el día de hoy, ningún partido ha alzado la voz para proponer soluciones que ayuden a paliar la crisis económica mundial. Ningún partido ha utilizado como bandera política los grandes temas de la Agenda Nacional, como pobreza, salud, atraso educativo, empleo, cultura, medio ambiente, agua, seguridad, deporte, etc. para convencer a la gente de que son la mejor alternativa. Iniciaron, como ya es costumbre (y eso es lo peligroso) con descalificaciones y vituperios que rayan más en lo personal que en lo político. No hay respeto. Más bien nos demuestran un ignominioso desprecio hacia la sociedad que pretenden representar y gobernar. Por eso, no es de sorprender, que la sociedad desprecie a toda esa clase política y que para los próximos comicios, el ausentismo sea el gran ganador. De nosotros depende que eso no sea así. A partir del pasado 31 de enero, los partidos políticos iniciaron la precampaña con miras a la elección de 300 diputados federales de mayoría relativa y 200 de representación proporcional; seis gobernadores; 620 presidentes municipales; 280 diputados locales de mayoría y 189 plurinominales (de representación). Esto es, 1 mil 595 elecciones en total.
Hoy más que nunca, revisten de gran importancia los próximos comicios. Entre otras razones, porque se pondrá a prueba la nueva Ley Electoral, la nueva estructura del IFE, se consolidarán o no, las políticas gubernamentales con miras al 2012, la clase política probará si ha madurado para generar credibilidad y será vital para la superación de la agobiante crisis en la que se encuentra inmerso el país.
Por eso, el análisis, la información y la responsabilidad de elegir a los que mejor nos puedan representar, será única y exclusivamente de nosotros los ciudadanos. Hemos sido testigos del encono, de la descalificación, de la irreconciliable pugna por el poder por parte de los partidos políticos. Hemos sido testigos, desde hace más de ocho años de la alternancia en el pináculo del poder, cuando los panistas encabezados por Vicente Fox, sacaron de los pinos al PRI. Hemos sufrido por la incipiente democracia y pagado los altos costos por la inmadurez política. Los próximos comicios representan, cuando menos en el papel, un duro examen para la clase política, pero sobre todo, será una importante prueba para nosotros como sociedad. Desde este humilde espacio, hemos insistido en que la sociedad, es la responsable de encumbrar o de mantener a los gobernantes que elige. Cuando menos en una sociedad democrática en la que se respeta la voluntad ciudadana.
Los partidos políticos rompen la tregua y comenzó la estratagema política. Los dimes y diretes. ¿Pero cómo llegan estas instituciones para enfrentar la competencia?
Por principio de cuentas, el PAN encabezado por Germán Martínez se encuentra en el ojo del huracán ya que ha sido duramente criticado por sus detractores por “asumir prácticas” priistas como el famoso dedazo. Sin embargo hay que entender que dicha determinación se hizo con base al artículo 43 de los estatutos de este partido que hablan de los métodos extraordinarios de selección a candidatos de elección popular: elección abierta o designación directa. Las razones, si se pueden entender, versan sobre el blindaje que supuestamente quiere hacer el partido para evitar infiltraciones del narcotráfico y para evitar que con el apoyo de acarreados se logren postulaciones. Otros, se apoyan en la tesis de que los panistas no quieren correr riesgos y quieren a los mejores hombres y mujeres, para asegurar los escaños. Lo que sí es un hecho, es que para el PAN se vislumbra un panorama muy difícil, ya que, según las encuestas y las preferencias electorales, lo sitúan como segunda fuerza política, luego del PRI. Para el PAN es de vital importancia obtener una fuerza política en la Cámara de Diputados para poder apoyar al gobierno de Felipe Calderón. De ahí que el caso Nuevo León, sea el parte aguas de lo que, incluso dentro del PAN se ha mencionado, veremos en los próximos años en la forma de gobernar este país. Y lo que más llama la atención es la supuesta mancuerna que se estará gestando con Nueva Alianza. Para los analistas políticos, esta es una asociación que para nada beneficiará al PAN. Nadie quiere que se le asocie a la “lideresa de los maestros”. Esa alianza no garantiza que los maestros sean una gran fuerza y que no tengan conciencia y que sean obligados a votar por tal o cual partido. No se debe subestimar a la inteligencia de los maestros.
Por su parte, el PRI, aparentemente unido, viene muy confiado en convertirse en la primera fuerza política. En su discurso, hay que leer entre líneas, nos dicen: “…nosotros si sabemos cómo…” “…tenemos un partido renovado y consolidado…” “…hay que aplicar mano dura…” Se han establecido convenios; estira y afloja en la aprobación de iniciativas como la llamada Reforma Petrolera, que le han ayudado a escalar del tercer lugar como fuerza política, a un primer lugar, que seguramente se hará realidad después de julio del 2009. Vemos a un PRI, encabezado por Beatriz Paredes, que junto a Manlio Fabio Beltrones y a Emilio Gamboa que ha sabido orquestar, en el ámbito político, el uso y toda la fuerza del aparato gubernamental de los estados que gobierna, para presionar y obtener prebendas. Que no se nos olvide que el PRI gobierna en 18 de los 31 Estados del territorio mexicano, y que algunos gobiernos municipales de estos estados se encuentran en manos del PAN y PRD. Cabe mencionar que los municipios con mejores condiciones de bienestar (mayores niveles de educación, salud, ingreso, alimentación, etc.) están gobernados por el PRD o el PAN. El PRI ha venido recobrando alcaldías y, por lo que se espera, recobrará la mayoría en la Cámara de Diputados.
Por su parte, el PRD, llega muy desgastado por la lucha interna por la presidencia nacional de este partido. Llega muy debilitado y con una muy baja aceptación por parte de las preferencias, según las encuestas, por toda la actividad rijosa y antagónica que encabezara Andrés Manuel López Obrador desde julio del 2006. Aún quedan secuelas de los miles de empleos que se perdieron por la toma de Reforma y por su radical posición en contra de las reformas a PEMEX. Simplemente el PRD, viene a buscar su permanencia como tercera fuerza política y sin que, hasta este momento, se hayan sacudido definitivamente a López Obrador. Lo peor que tiene el PRD es precisamente López Obrador. Es lo que más daño les ha hecho. Y sólo baste ver al Señor Andrés Manuel, haciendo proselitismo a favor del PT y Convergencia. ¿Más divorcio anunciado que esto? No se puede. Recordemos que al Senador Monreal lo suspendieron del PRD por menos de eso. ¿Le tienen miedo al Peje? ¿Realmente es un activo de la izquierda mexicana que quiera o pueda capitalizar el PRD?
De los demás partidos, ¿Qué podemos decir? Sólo están buscando la renovación de su registro y por eso estarán buscando alianzas. Y pondrán, a disposición del mejor postor, su capital “electorero”. Hasta el día de hoy, ningún partido ha alzado la voz para proponer soluciones que ayuden a paliar la crisis económica mundial. Ningún partido ha utilizado como bandera política los grandes temas de la Agenda Nacional, como pobreza, salud, atraso educativo, empleo, cultura, medio ambiente, agua, seguridad, deporte, etc. para convencer a la gente de que son la mejor alternativa. Iniciaron, como ya es costumbre (y eso es lo peligroso) con descalificaciones y vituperios que rayan más en lo personal que en lo político. No hay respeto. Más bien nos demuestran un ignominioso desprecio hacia la sociedad que pretenden representar y gobernar. Por eso, no es de sorprender, que la sociedad desprecie a toda esa clase política y que para los próximos comicios, el ausentismo sea el gran ganador. De nosotros depende que eso no sea así.