martes, 6 de mayo de 2008

CONSECUENCIAS DEL USO INMODERADO DE RECURSOS


Hace algunos días, leí un artículo del colega Carlos M. Uribe Arroyo y coincidí con él en lo grave que se ha tornado el tema del cambio climático y su impacto en los seres humanos. No es novedad que hemos padecido durante las últimas décadas de altos índices de contaminación que directamente afectan la salud de miles, o mejor dicho, de millones de personas. Ya no es exclusiva –la contaminación- de las grandes ciudades. Por desgracia, hemos sido testigos, de cómo en lugares apartados; rurales, los habitantes queman indiscriminadamente la basura. Botes desechables, de los llamados “PET”, bolsas de plástico y otros desechos altamente contaminantes. Podemos ver, en caminos vecinales, la acumulación de basura, de animales muertos, etc. Aún existen ladrilleras que para la fabricación de sus productos, queman hasta llantas. La contaminación es producto de todos y cada uno de nosotros que desechamos la basura, las aguas residuales de nuestros hogares o de las grandes empresas. Podríamos decir, que, más que nada, el problema radica en una mala educación sobre la eliminación de desechos. Sin embargo, el desmedido uso de productos derivados del petróleo, ha convertido a la humanidad, no sólo en dependiente sino en víctima de dichos productos. No hemos sido capaces de explotar inteligentemente los recursos naturales y todavía existen muchos que no han dimensionado el grave problema que esto significa. No sólo se trata de la contaminación, también hay que agregar la tala inmoderada que han sufrido los bosques, el uso y abuso de los recursos pluviales, para abastecer a las grandes ciudades. La falta de recuperación de las aguas residuales, para el reciclaje de las mismas. Los efectos los estamos viviendo cada día. El cambio climático ha repercutido en nuestro campo mexicano, ya no existen las tierras de temporal. No existe en México una infraestructura que permita hacer frente a este fenómeno. Por lo mismo muchos campesinos han tenido que emigrar a las grandes ciudades o simplemente al extranjero. Cada día vemos a más niños enfermos, mal alimentados, con bajos rendimientos escolares. Estamos llegando a un punto de difícil retorno. El agua cada día se agota, la producción de alimentos se encarece y los recursos energéticos se vuelven inaccesibles. En la mencionada publicación de Carlos Uribe, hace mención de un artículo del Doctor Ben Wisner (investigador asociado del Programa de Estudios Ambientales de la Universidad de las Naciones Unidas, entre otros títulos), que más que parecer pesimista o aterrador, es realista y enfocado a una grave situación. El problema del abasto de agua y de alimentos, será seguramente el detonante de mucha inestabilidad en el mundo. La advertencia ya está hecha. Y es responsabilidad de gobiernos y sociedad civil, encontrar una solución a tan grave problema. Existen alternativas que hoy en día podrían ayudar, cuando menos a mitigar, los efectos que ha provocado la contaminación y por supuesto, el calentamiento global del planeta. Acciones como la reforestación, el reciclaje de aguas tratadas, el uso de biocombustibles, el aprovechamiento de fuentes de energía alternativa, como la eólica (uso del viento), la hidráulica o la fotovoltaica, por sólo citar ejemplos. Todo esto aunado a una educación responsable sobre el tema. Aunado a un verdadero compromiso de los gobernantes para mitigar los efectos de la contaminación. A una conciencia de todos los habitantes de este planeta para cambiar nuestros hábitos y hacernos responsables por lo que utilizamos o desperdiciamos. Las acciones ya no se pueden postergar.