martes, 6 de mayo de 2008

IMPOSTERGABLE UNA REFORMA ENERGÉTICA


Desde hace algunos años, el tema de los recursos no renovables en nuestro país ha estado en la agenda política de los gobiernos anteriores. Desde la década de los ochenta el tema ya se discutía y se hacía impostergable una solución a la problemática de la empresa más importante de la Nación. Las ventas de PEMEX representan casi la mitad de los ingresos que la Federación recibe y que sirven para administrar y darle cause a las necesidades de nuestro país. Sabemos que gracias a la venta de petróleo, nuestro país puede sufragar las inversiones que se hacen para construir escuelas, hospitales, carreteras; en fin, para generar la infraestructura que nuestro país necesita para su desarrollo y el buen funcionamiento de todas las actividades productivas de nuestro territorio. Bajo el pretexto de que los energéticos que se extraen del subsuelo, son propiedad de la Nación o mejor dicho, de todos los mexicanos, se han extrapolado posiciones que más que darle una solución a la problemática, la han empantanado o en el peor de los casos se utilizan para manipular y chantajear a los gobiernos que han intentado una Reforma Energética. Desgraciadamente el tema energético se ha convertido en el pretexto para apoyar protagonismos políticos. No hay coincidencia política y mucho menos voluntad para resolver lo que en pocos años será la peor pesadilla para todos los mexicanos. No es un secreto que las reservas petroleras se están agotando. Se ha sobreexplotado el recurso y no se han buscado alternativas que nos ayuden no sólo a aprovechar al máximo el petróleo, sino que no se han buscado alternativas para sustituir o complementar su uso. La situación es delicada y algunos la consideran “grave”. Y tiene sentido esta aseveración. No podemos pensar que el petróleo es para siempre. Se está acabando y es urgente darle una solución. Pero esto debió haberse hecho hace más de veinte años. Eso quiere decir, que tenemos un atraso de más de 40 años en la solución del problema. Y por supuesto, que de hacer algo en este año, los resultados se verán por muy pronto, dentro de diez o quince años. Y no podemos esperar a que esos resultados sean negativos, tenemos que apostar a que los resultados deben ser positivos. Por eso es lamentable que la clase política no se ponga de acuerdo en la solución de este grave problema. No es posible que el tema sólo sirva para amagar y contrapuntear al gobierno federal. Hasta el día de hoy, no existe una propuesta real ni del gobierno ni de la oposición que ayude, cuando menos, a dar el primer paso para la solución de la crisis energética que ya nos ha alcanzado. Los números son fríos pero ilustrativos. Las bajas de producción y los altos precios que se han desatado por esta crisis, son el mejor síntoma de la gravedad del asunto. Para la mayoría de los mexicanos, que no somos especialistas en el tema, nos resulta muy complicado entender, que somos uno de los principales países exportadores de crudo y que sin embargo importamos más de la mitad de la gasolina que consumimos (¿y a qué precios?). ¿Por qué? Porque no tenemos la tecnología necesaria para refinar los hidrocarburos. Y no hablemos del gas natural o del gas licuado o de otras tantas sustancias derivadas del petróleo que se utilizan para el funcionamiento de la industria y de toda la actividad que sugiere el uso de hidrocarburos. Somos demasiado dependientes del petróleo y sin embargo, no lo hemos sabido aprovechar. La Reforma Energética es impostergable. Necesitamos un plan de acción responsable y sustentable. Necesitamos que nuestra clase política madure y deje de lado sus intereses partidistas. Hay que ponerse a trabajar por y para México. Si pudiéramos comparar al país con una empresa, si el dueño (en este caso la población) contrata a un equipo de especialistas para que administre y haga producir la empresa, lo que menos podría esperar, son resultados negativos. Y si así fuera, el dueño tendría toda la libertad y poder, para retirar de sus puestos a aquellas personas que no pudieron con la encomienda. Si el dueño ve que a las profesionistas que contrató se la pasan peleando y que no se pueden poner de acuerdo para sacara adelante a la empresa ¿Qué es lo más sensato y lógico que haría? ¡Por supuesto correrlos! Lo que México necesita son empleados (gobernantes y políticos) leales y capaces. Empleados que desquiten el sueldo en pro de hacer crecer a la empresa, no de llevarla a la quiebra. Y habrá quien diga que es una falacia comparar a un país o una nación con una empresa, quizás tengan razón. Es cierto hay muchas cosas que no se pueden comparar, pero, en esencia, así es como se debe ver una actividad emprendedora y administrativa. Y si no pueden, ¿pues para que se contratan? La Reforma Energética no es un tema político. Es una urgente necesidad que tenemos todos los mexicanos. Esperemos que haya acuerdos y que todos sean en beneficio de la Nación. Países como Cuba (socialista) o Brasil, en su momento, abordaron con responsabilidad el problema y en la actualidad han avanzado satisfactoriamente en el tema de los hidrocarburos. Sólo hay que recordar que el petróleo no es el único renglón en materia energética, también está la energía eléctrica. Pero es en este renglón donde su sustenta una buena parte de la economía del país. Ojalá que los que se oponen a la Reforma Energética, tengan la solución que ayude, a la empresa más importante de los mexicanos, a resolver los problemas, que en menos de veinte años, seguramente serán catastróficos.